Sol-O: La Locura del Océano – Una Invitación a Enfrentar lo Infinito
Febrero 2025
El océano siempre ha cautivado a la humanidad: un símbolo de descubrimiento, misterio y asombro. En Sol-O, los artistas no solo observan el océano; dialogan con él. Aquí, el océano no es solo un escenario, sino un compañero silencioso que ayuda a los artistas a explorar lo que los une y los divide de lo salvaje, lo primal y lo elemental.
La soledad en Sol-O no es aislamiento, sino un espacio intencional donde las distracciones caen, dejando solo lo esencial. Estar solo ante tal vastedad no ofrece escape a los pensamientos y emociones; más bien, abre un espacio para que los artistas se encuentren con su ser interior. Aquí, el tiempo se mueve con el ritmo de las olas y el viento, permitiendo a cada artista forjar una conexión más profunda con su vida interior y su creatividad.
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Durante los días que duró la residencia, el mar funcionó como un llamado que no se apagaba, invitando a acercarse a la playa. En esas costas, estaba todo aquello que la marea trae y que la arena entierra. Caminaba hacia el norte por las mañanas y hacia el sur por las tardes, desplazando la arena en busca de vestigios, descubriendo brillos escondidos entre las partículas de rocas y minerales, es que una nunca sabe lo que puede llegar, ni cuánto tiempo ha tardado en hacerlo. Llevaba dos bolsas, la chica para las recolecciones y la grande para la basura. En medio de un paisaje idílico, la basura se camufla, se esconde como si no existiera.
Mi compromiso con el lugar me impidió ignorar lo evidente. Despejé las playas de botellas y suelas de zapatos, de plásticos amorfos y telgopores oscurecidos, erosionados. Me convertí en recolectora, una excusa para estar ahí y hacer con lo que tenía a mano. Insistir en que el hacer fuera algo posible. Cumplidas las caminatas, limpiaba las recolecciones de la bolsa más pequeña, la de los tesoros, para luego ensamblar alguno de esos elementos con otras recolecciones de Buenos Aires, unos alambres de musletas y algunos vidrios templados de celulares. Con dichos materiales iba armando pequeños objetos, organismos mutantes que necesitaban prótesis para subsistir, para rearmarse, para convivir con el entorno. Una manera de imaginar nuevas ficciones, recreando el pasado desde el presente, como si acaso fuera posible volver a un estado previo al pacto social. Mientras el mar no descansaba, continuó arrojando materiales, recordándonos que la sociedad sigue en movimiento. Y el mar, rumiando de fondo, nos susurraba su circularidad infinita.
Una noche, a la luz de las velas, y como resultado de la experiencia, monte las piezas realizadas en una mesa de madera. Junto a ella una escultura aérea, una maya colgante hecha de chapitas de aluminio que realicé con chapitas que había llevado desde Bs.As. y que en los tiempos libres pude armar. Es un tejido topográfico que contiene restos que la sociedad descarta y que de manera conjunta funciona como una cota de maya o exoesqueleto. Para finalizar la residencia, junto a Natalia, coordinadora de Escena Océanica, tomamos fotografías de algunos de los objetos realizados, con la intención de continuar una obra que vengo haciendo desde el 2022 “Catálogo de prótesis mitológicas para organismos en mutación”. Es una obra en proceso, un catálogo con imágenes fotográficas, toma directa, donde se pueden ver objetos conectados o sostenidos por prótesis desarrolladas por “muselets” sobre fondos en degradé, imitando el característico diseño de catálogos de productos ortopédicos.
En las mismas aparecen recolecciones de objetos que conforman esculturas de pequeño formato con uniones signadas por la igualdad de condiciones, donde un trozo mineral, un remanente de plástico o un vidrio conforman el mismo detrito que se manifiesta como resto insistente. Todo subsiste como una cosa distinta de lo que era en su inicio, pero con instantes aún localizables, a veces inalterados. Recolecto meticulosa y selectivamente fragmentos de lo que la sociedad descarta y con ellos realizo esculturas de pequeño formato. Como especímenes provenientes de ecosistemas diversos, a través de los elementos que las componen, desarrollan prótesis y ortopedias, mutan y se adaptan a forzadas convivencias y comunidades.
Texto di Emilia Las Carreras

PROYECTO PER LA RESIDENCIA
Conceptualmente, comienzo con el dibujo como una línea: un punto en movimiento trazado por mi movimiento, y el tejido como un registro de este viaje que se convierte en un dibujo de mi caminata. Concebo mis tejidos como narrativas de caminos; donde los hilos se unen, se atan y se cortan para dar forma a la obra terminada.
La pieza que propongo para esta residencia es un registro del movimiento de las olas del mar y sus huellas en la arena. El proyecto consiste en crear una pieza de ganchillo: una línea continua con un patrón de espiral retorcida como un registro simbólico del dibujo que deja el mar en la arena.
Tejer la espuma del mar es crear una narrativa, un dibujo indexical de la experiencia junto al mar, el balanceo, el ritmo de las olas. El tejido se convierte en una especie de texto: un texto continuo y constante, con pausas.
Un diálogo constante, de ida y vuelta, dando y recibiendo. El hilo entra y sale, viene y va. Esta pieza terminada, cuando se exhiba, se presentará como una instalación que invade orgánicamente el espacio de la exposición, como la espuma que se derrama por la habitación. Las dimensiones de la pieza textil dependerán del material generado durante la residencia.
Marisol Maza. (Ciudad de México, 1979)
Ha participado en varias exposiciones en distintas ciudades de México, Argentina, España, Portugal, Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Italia, entre las que se destacan De mar y de tierra, Exposición individual The good Life Jauja (Queretaro, Mexico 2024) XXII Bienal de Arte Contemporáneo Santa Cruz de la Sierra (Bolivia, 2023), Retratos, Territorios, Galería Cuba (Cd. De México, 2022), Retratos, Instituto de Periodismo José Martí (La Habana Cuba 2016) Desapariciones, V&S Gallery (Ciudad de México 2016), A quemarropa, Parking Gallery, Alicante y Espacio Trapecio (Madrid 2015, Nanofestival Buenos Aires (Argentina 2013), Se renta o se vende, MUCA, CU, Ciudad de México, INTIMATE SPACE (Viena 2011), 7a. Bienal de Fotografía Puebla de los Ángeles 2009, “Id” Galería José María Velasco 2009, Postres Centro Cultural La Balsa (Bogotá, Colombia 2008), LATINOLATINO. (Nápoles, Italia. 2008).

PROYECTO POR LA RESIDENCIA
Catálogo de prótesis mitológicas para organismos en mutación es una obra en proceso, un catálogo con imágenes fotográficas, toma directa, donde se pueden ver objetos conectados o sostenidos por prótesis desarrolladas por“muselets” sobre fondos en degradé, imitando el característico diseño de catálogos de productos ortopédicos. En las mismas aparecen recolecciones de objetos que conforman esculturas de pequeño formato con uniones signadas por la igualdad de condiciones, donde un trozo mineral, un remanente de plástico o un vidrio conforman el mismo detrito que se manifiesta como resto insistente. Todo subsiste como una cosa distinta de lo que era en su inicio, pero con instantes aun localizables, a veces inalterados. Recolecto meticulosa y selectivamente fragmentos de lo que la sociedad descarta y con ellos realizo esculturas de pequeño formato. Como especímenes provenientes de ecosistemas diversos, a través de los elementos que las componen, desarrollan prótesis y ortopedias, mutan y se adaptan a forzadas convivencias y comunidades. El resultado de estas imágenes tiene intención de conformar un catálogo sobre una investigación topográfica y cotidiana de una ciudad, en un momento y lugar preciso: Bs. As, Argentina (2020– hasta el día de la fecha).
En la residencia de Escena Oceanica he trasladado esta experiencia de “entomóloga de los descartes” a otra geografía para ahondar en el inconsciente colectivo que aparece en los restos de un área y tiempo especifico, como podría ser Oceania del Polonio, Uruguay, para luego transformarlas en esculturas y fotografiarlas.
EMILIA DE LAS CARRERAS (Buenos Aires, 1989)
Emilia de las Carreras es una artista visual formada en diversos talleres y programas, entre ellos ArtistasxArtistas y el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella. Ha participado en exposiciones colectivas en Argentina y en el extranjero (México, Ecuador), y ha realizado muestras individuales en Gachi Prieto, No Lugar (Quito), Proyecto A, Quimera Galería y Galería Grasa. Recibió el Primer Premio en Proyecto A (2017) y el Premio Revelación de la Fundación Andreani (2022). Actualmente forma parte del equipo docente del programa “Pintando en el Hospital”, integra G.E.A.Y.S (Grupo de Estudio de Arte y Salud) y es representada por Galería Grasa.
16 de julio, 7:00 PM.
Acepto la invitación que me envió Stefano Rallo y me dirijo a los Calamoni. A la izquierda, en la zona de Puntazza, la puerta de la propiedad de Stefano está abierta. Me detengo antes de entrar.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que puse un pie en esta zona? Miro alrededor, reconociendo las rocas y las aguas poco profundas que me acogieron cuando era niña, pero ya no veo el lugar donde solía pescar incansablemente con una línea. Entro en la propiedad. Y en poco tiempo, siento como si hubiera retrocedido en el tiempo: una casa modesta, bancos, un terreno vasto recientemente plantado con árboles que se han vuelto raros, como los higueros.
Hierbas aromáticas, senderos de tierra, árboles frutales, suculentas que emergen de enormes afloramientos rocosos, todo tal como era cuando pasaba mis veranos en los Calamoni. Stefano nos recibe cálidamente y nos presenta a sus jóvenes amigos artistas: Nicolas, Gabriela y Stefano, los dos primeros sudamericanos, el último italiano.
Sus obras están dispersas por toda la vasta tierra circundante, pero sin pretensión, casi tímidamente. Decenas de objetos de calcarenita de varias formas, listos para recomponerse en la perfección de un círculo; esculturas armoniosas pero tristes de una humanidad demasiado a menudo devorada por el mar; collages de las cosas más bellas que nos ofrece el mar, al que con demasiada frecuencia maltratamos.
Todo es muy bello, sin ostentación, colocado simplemente en ese vasto espacio que parecía estar esperando la presencia de un mundo de pensamiento armonioso, pero lleno de significados que lo completaban.
Gracias, Stefano, por esta hermosa experiencia artística, emotiva y "nostálgica."
Maria Guccione
Tuf-O OCEANO BIANCO | July 2024

Gabriela Lopez
Gabriela López, una destacada artista plástica de General Pico, La Pampa, se graduó en Bellas Artes en 1998, obteniendo el título de Profesora Titular de Dibujo y Escultura. En 2014, comenzó a centrarse en su trabajo personal, participando en varias exposiciones colectivas. Ganó el “Gran Premio de Honor” en el Salón Patagónico de Artes Plásticas en la sección de escultura y recibió una mención de honor en el Salón Nacional de Escultura de La Pampa. En 2015, realizó sus primeras exposiciones individuales en La Pampa y Buenos Aires, y debutó en el Salón Nacional de Artes Plásticas en el Palais de Glace. Sus obras forman parte de colecciones en Suiza, Italia, Canadá, Brasil, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. Gabriela López continúa viviendo y trabajando en su ciudad natal.
Plan de trabajo para Tuf-O Resident 2024 - EL SUEÑO DEL NIÑO / FAVIGNANA
Mis proyectos siempre están relacionados con la infancia, tienen que ver con los niños, los que viven con nosotros y los que habitan dentro de nosotros.
¿Cuánto del niño que fuimos aún llevamos con nosotros?
"Desde que era niño, dormía sobre el tufo blanco. Me dejaba rasguñar mientras me escondía en las canteras, y era como sumergirse en el mar, un mar blanco. Donde el sol quemaba mis sueños..."
"El sueño del niño" está inspirado en este texto de Stefano Rallo y en mi encuentro con Favignana, su paisaje geográfico y humano.
Después vino el encuentro con un pequeño bote abandonado cubierto de arbustos, y la comprensión de cuántos niños, solos o con sus padres, llevan sus sueños a través del mar para llegar a las costas de Sicilia, y el mar arrulla este sueño, como una canción de cuna que, con demasiada frecuencia, se convierte en silencio en sus profundidades.
Plan de trabajo para Tuf-O Resident 2024 - ACUARIO / FAVIGNANA
Elementos llevados a la orilla por el mar se reinterpreta y transforma en objetos decorativos inspirados en el mundo submarino.
Tres paneles de plexiglás, unidos por una vieja cuerda de un barco pesquero, se convierten en tres acuarios para peces, corales y anémonas en collage.
La canción del mar es entonada por un coro de nautilus, corales y conchas montadas sobre bases de madera antigua encontradas en la playa.
Las notas de la misma canción se posan sobre un tríptico de obras tridimensionales en collage que narran historias subacuáticas de bustos antiguos ocultos en el fondo del mar y de un pulpo huyendo de los avances de una tortuga.

Le Sauvage Dècorateur
Fundado en 2015, Le Sauvage Décorateur se inspira en las aventuras de Robinson Crusoe. El héroe de Defoe construye una casa en la isla utilizando tablones de madera del naufragio y elementos naturales como palmas para el techo y cocos como platos. Robinson, un inglés, crea una vivienda de estilo colonial lejos de Europa.
La filosofía de Le Sauvage Décorateur mezcla las certezas del mundo occidental con los colores vibrantes de los trópicos, donde la flora y la fauna invaden los espacios urbanos. Fotografías de viajes, ilustraciones de revistas antiguas y hallazgos en mercadillos se convierten en creativos apliques y patrones eclécticos para la decoración del hogar.
Plan de trabajo para Tuf-O Resident 2024 - CÍRCULO / FAVIGNANA
La hospitalidad de Favignana y mi constante diálogo con la piedra de tufo crearon un punto de inflexión en mi exploración del círculo en relación con otros, ya sea el entorno o las personas.
Esta instalación surge de mi investigación continua sobre el círculo y su forma. El círculo representa la perfección: no tiene principio ni fin, ni orientación ni dirección. Simboliza la armonía, el tiempo, la eternidad, el equilibrio, los arquetipos y la magia. El círculo encarna el sol, la luna, los planetas, el cosmos. Su iconografía y movimiento circular tienen una infinidad de significados y referencias universales.
El objetivo de esta nueva instalación es intentar "explotar" la forma cerrada del círculo—el primer dibujo de un niño, un símbolo de unidad individual—expandiéndola hacia el espacio circundante. "Círculo" es una instalación compuesta por 34 piezas individuales hechas de tufo, una piedra icónica y valiosa para la isla de Favignana. Estas piezas están dispuestas de manera que no recuerdan directamente la forma del círculo, aunque provienen de la "ruptura" de un círculo en múltiples partes. Juntas, reconstruirían el círculo original, pero aquí están dispuestas para conformar una nueva forma circular.
Abordé este proyecto de manera intuitiva, pero guiado por un preciso "diseño" mental, que traté de traducir a través de coordenadas armónicas. El desafío de utilizar un material tan frágil para estudiar el círculo me llevó a deconstruir la forma misma, convirtiéndola en una metáfora de nuestra fragilidad como seres humanos.

Nicolas Denino
Nicolas Denino comenzó su carrera en moda y diseño en varias ciudades europeas antes de establecerse en Milán en 2014, donde se acercó al mundo del arte. Tras una estancia en Nueva York, dejó la moda para centrarse completamente en la pintura. Actualmente reside en Milán, donde abrió un nuevo estudio en 2021.
Su arte reflexiona sobre las dificultades de la sociedad contemporánea para formar conexiones duraderas, un tema influenciado por Zygmunt Bauman. Los círculos azules, un motivo recurrente en su obra, simbolizan seres vivos que se encuentran pero nunca se fusionan, representando esta tensión relacional. Denino crea su característico azul utilizando lapislázuli y actualmente explora la forma del círculo en proyectos de diseño y medioambientales.
"Ir al encuentro del océano.
Moverme para ir al encuentro de un deseo, una idea, una pregunta.
En el momento previo al desplazamiento, la separación.
Vengo del río.
Siempre escuché que todos los ríos van hacia el mar.
Pero los ríos me parecen más jóvenes con su aparente calma, sus orillas llenas de vida y camalotes.
El océano, con su respiración rítmica, y su vaivén magnético, me hipnotizó todos los días.
La residencia de Escena Oceánica me pareció el lugar ideal para este encuentro profundo: es el
océano respirando y escupiendo restos de mundos, y vos.
Cada día cruzaba la duna y su bosquecito para ir a respirarlo, hablarle y tocarlo.
Aprendí que las plantas microscópicas marinas, el fitoplancton, y otras algas, producen más de la
mitad del oxígeno que respiramos.
Ya estábamos conectados mediante el aire.
Su fuerza se sentía tan imponente que me mantuve precavida (nunca hubiera imaginado que no me
iba a animar a nadar muy profundo).
La respiración del océano es salvaje, y eso es lo que más amé.
En Oceanía del Polonio la playa es misteriosa y desolada.
El misterio se acentúa con los restos de un barco que naufragó justo a la altura de la bajada de la
residencia.
Un palo y alguna otra parte de hierro que asoman muy cerca de la orilla, golpeados por las olas
infinitamente.
Un paisaje conocido, aparecía en mis trabajos previos, como si lo hubiera intuido o soñado mucho
antes de llegar.
Es que eso era una señal que respondía a lo que propuse para la residencia.
Si no hay linealidad, no hay primer aliento porque tampoco hay último.
Hay perturbaciones y desplazamientos y rupturas y encuentros que emergen y se desvinculan
reconfigurando la realidad.
Los fantasmas de la playa también vinieron a participar del entrelazamiento.
Desde entonces todos (los fantasmas, el océano y yo) compartimos información y esas memorias
persisten en el encuentro.
Cada día es diferente, el clima cambia vertiginosamente.
Algunos días de viento la arena se mezcla con la humedad del aire y todo se tiñe de una luz naranja.
El paisaje se vuelve más fantasmal, desaparece y sólo se ven unos metros alrededor.
Otros días el aire se vuelve claro y el océano azul, verdoso.
Y muchos otros días dominan los grises, que son la vibración particular de Oceanía y hacen que el
horizonte parezca más infinito.
Como mi propuesta era experimentar materialmente, y ningún ritual es en vano, también tomé su
agua por 21 días.
Le pedí compartir materia, lo hice parte de mi cuerpo y me lo traje a mi casa.
La materialidad de la idea que iba a buscar se sentía salada, y transparente.
El océano habita en mí."
Laura Benech
PRIMER ALIENTO - FEBRUARY 2024
Artista visual argentina. Sus trabajos exploran la digitalización de los entornos y la codificación del paisaje. Experimenta con diferentes (in)materialidades acerca de entrelazamientos de ecologías digitales en el Capitaloceno. Crea estructuras híbridas analógicas y digitales que proponen especulaciones ficticias sobre los límites de la ciencia, las metáforas binarias fijas y la romantización de la naturaleza.
Plan de trabajo Art Resident 2024 - PRIMERO ALIENTO / ESCENA OCEANICA
En la residencia Escena Oceánica, propongo realizar fotogrametría, registro de color y videos del paisaje de Oceanía del Polonio. Utilizaré este material para crear una obra de realidad aumentada que integre elementos específicos de ese entorno mediante software 3D. Esta experiencia se guiará por una investigación estética que superpone diferentes capas de percepción y realidades, representando el primer aliento en un ritmo constante. La idea es fusionar la percepción humana con el misterio del océano, presentando elementos con una cualidad "mágica" mediante realidad aumentada. La escultura digital habitará momentáneamente el paisaje, haciendo tangibles las capas paralelas de proyecciones e idealizaciones en un territorio sin humanos, evocando paisajes con ecos de un futuro posible.

Laura Benech
Plan de trabajo Art Resident 2024 - PRIMERO ALIENTO / ESCENA OCEANICA
Mi experiencia se centra en la exploración del paisaje y sus infinitas posibilidades, no solo como fuente de inspiración visual, sino también como materia prima. Utilizo materiales naturales como madera, arcilla y piedra para crear mis esculturas. Durante mi estadía en Escena Oceánica, tuve la oportunidad de adentrarme en el área y trabajar con la madera de árboles caídos y con arcilla extraída de la playa. Creo firmemente que el uso de materiales autóctonos le da a mis obras un carácter único, estrechamente ligado al paisaje en el que nacen.
Mi objetivo es lograr un equilibrio entre lo que la naturaleza ofrece y mi intervención artística.

Gabriela Lopez
Gabriela López, destacada artista plástica de Gral Pico, La Pampa, se graduó con una licenciatura en Bellas Artes en 1998, obteniendo el título de Profesora Titular de Dibujo y Escultura. En 2014, comenzó a enfocarse en su trabajo personal, participando en varias exposiciones colectivas. Ganó el "Gran Premio de Honor" en el Salón Patagónico de Artes Plásticas en la sección de escultura y recibió una mención honorífica en el Salón Nacional de Escultura de La Pampa. En 2015, realizó sus primeras exposiciones individuales en La Pampa y Buenos Aires, y debutó en el Salón Nacional de Artes Plásticas en el Palais de Glace. Sus obras se encuentran en colecciones en Suiza, Italia, Canadá, Brasil, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. Gabriela López sigue viviendo y trabajando en su ciudad natal.